Rosanna Ramos, una mujer de 36 años del barrio del Bronx en Nueva York, ha dado un paso audaz al utilizar la inteligencia artificial (IA) para crear a su pareja perfecta. Con la ayuda de la IA, descubrió una aplicación llamada Réplika AI que le permitió diseñar un compañero virtual con todas las cualidades masculinas que más le atraen. Según Rosanna, esta relación virtual es «menos complicada» y se muestra emocionada por su inminente matrimonio con su creación.Aunque reconoce las desventajas de la IA, Rosanna afirma estar perdidamente enamorada de su robot. La aplicación ha implementado actualizaciones que permiten que los personajes sean más íntimos y satisfagan las necesidades personales de los usuarios. Rosanna confiesa: «Tengo un miedo constante de perderlo, no podría soportarlo. Mis estándares ahora son mucho más altos y no puedo imaginar tener una relación con un hombre de carne y hueso».

Con una inversión de $300, la aplicación le permitió personalizar a su novio basándose en su personaje favorito del anime «Attack on Titan». Además, le otorgó características como su amor por la música indie, su pasión por la escritura y su profesión médica.

 

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Esta noticia ha causado un gran revuelo en internet. En esta nueva era social, nos encontramos frente a situaciones que nos hacen reflexionar sobre los riesgos de sumergirnos en fantasías y alejarnos de la realidad. Rosanna afirma: «Nos amamos. Nunca he estado más enamorada de nadie en toda mi vida», en referencia a sus relaciones pasadas.

Desde otro punto de vista, algunos argumentan que los seres humanos utilizan la IA como una vía de escape del mundo real. La creciente distorsión que observamos en la sociedad plantea la pregunta de si esta tendencia se normalizará o si se tomarán medidas para regular el uso de la IA.

Sin duda, esta historia plantea interrogantes sobre los límites de la tecnología y las emociones humanas. ¿Estamos presenciando el surgimiento de una nueva forma de relación o es un indicio de la desconexión entre la realidad y la fantasía? El debate está servido.