Se desconoce si el sujeto continúa o no con vida (imagen de referencia).

Se desconoce si el sujeto continúa o no con vida (imagen de referencia).© Getty Images / vandervelden

Clifford Hoyt, un hombre de Maryland, Estados Unidos, sufrió un accidente en 1999 que lo dejó en coma. Cuando despertó, aseguró haber ido al infierno y haber sido hostigado por almas en pena. Los médicos en ese momento pensaron que su relato se debía a los efectos secundarios de los medicamentos o a la lesión en su cabeza. Sin embargo, algunos psiquiatras quedaron perplejos por el comportamiento de Hoyt y no pudieron explicarlo de manera lógica.

Durante su estadía en el hospital, su comportamiento se volvió cada vez más inquietante y terrorífico, según los informes de los testigos.

Los pacientes y el personal del hospital informaron haber oído golpes en las paredes, gritos de desesperación, lamentos y apariencia de aflicción. Hoyt explicó que esos eran los sonidos que escuchó en el infierno. Incluso afirmó haber sido torturado y experimentado olores nauseabundos. Cuando fue dado de alta, los vecinos empezaron a reclamar por los constantes golpes y una música que no cesaba. Hoyt dijo que esa era la única manera de mantener alejados a los espíritus.

En general, los psiquiatras suelen ser escépticos ante la conducta humana y lo calificado como paranormal. El caso de Clifford Hoyt ha inquietado tanto a los psiquiatras como a los testigos presenciales de su comportamiento, quienes han quedado perplejos. Su caso plantea preguntas sobre la vida después de la muerte y el verdadero significado del infierno.